Cada 27 de Septiembre se celebra el Día Mundial del Turismo, y su finalidad es fomentar la conciencia que debe existir entre la comunidad internacional con respecto a la importancia que conlleva el turismo, pero además de sus valores sociales, culturales, políticos y económicos. Más allá de las celebraciones, el turismo cuenta con gran impacto debido a la basura oceánica, ya que, por ejemplo, en diversas zonas que son turísticas del Mediterráneo se han venido generando en la temporada turística hasta un 75% de los residuos oceánicos por año. Esta es una situación que se torna similar en distintas regiones marinas, aunque dichos porcentajes son inferiores.

De acuerdo a los expertos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) las corrientes y los vientos se ocupan de mover la basura, en consecuencia, las zonas en donde se genera poca basura se ha podido observar la presencia bastante alarmante de residuos que han sido vertidos al mar a miles de kilómetros. Un ejemplo de ello es la costa oriental de la isla de Mahe, en Seychelles, que es un país que volcado sus esfuerzos en el turismo al que le ha sido reconocido por el PNUMA una buena gestión de los residuos.

Así mismo, se puede observar que el residuo más generalizado es el plástico, lo que suma hasta un 80% de toda la basura que puede registrarse en dichas zonas, en consecuencia, muchos animales tienden a confundir estos restos en el agua con alimento, situación que alerta a los expertos. Como ejemplo se encuentran las tortugas marinas, ya que para ellas es sencillo confundir las bolsas de plástico flotantes con medusas, pues esta es una de sus comidas favoritas. En el caso de las aves y muchos peces, estos ingieren porciones de plástico, de distintos tamaños que se encuentran presentes en el agua o en los fondos. De acuerdo a la asociación Oceana, el 97% de las especies que se conocen habitan en los mares, mientras que la producción mundial de plástico se ha estimado en la actualidad en unos 225 millones de toneladas por año.

A esta estadística se le pueden adicionar los restos de cigarrillos, sobre todo de los filtros y los paquetes de tabaco que son una fuente de contaminación marina muy importante: hasta el 40% de la basura que se encuentra en los océanos y en el Mediterráneo y más del 50% en las zonas ecuatoriales costeras estudiadas lo presentan. En referencia al capítulo del plástico se han destacado además de las bolsas y las botellas, tapones, envases de alimentos y los cubiertos de un solo uso en las zonas turísticas. Otros restos que suelen abundar en las costas son los botes de bebidas, botellas y cuerdas.

Según el director del PNUMA, Achim Steiner: «La basura en el mar es un síntoma de una enfermedad grave: el mal uso y la constante mala gestión de los recursos naturales», así mismo señala que «La cantidad de bolsas de plástico, de botellas y de otros residuos que hay en el océano se puede reducir drásticamente mejorando la gestión de las basuras, reduciendo su cantidad y reciclando».